La expulsión de las regidoras de Ciutadans se volatiliza
La expulsión de las dos concejales de Ciutadans en Barcelona se volatiliza
Tres semanas después de anunciar que iban a echar a Julia Barea y Noemí Martín, ninguna de las dos ha recibido comunicación alguna del partido
A dos meses de las elecciones municipales, las aguas en el grupo municipal de Ciutadans en el Ayuntamiento de Barcelona parecen haberse calmado -y digo parece, porque que no todos lo ven así- y la expulsión de las dos regidoras, Julia Barea y Noemí Martín, avanzadas por este blog hace más de tres semanas, se ha volatilizado. Al menos por ahora.
Como informó este blog el 6 de marzo, el comité autonómico del partido naranja "incoó un expediente de expulsión", en palabras de un alto cargo de la formación en Cataluña, para echar a Barea y Martín. La decisión agravaba la crisis en el grupo municipal Ciutadans que vivió un momento álgido el pasado octubre con la marcha de la entonces presidenta y alcaldable, Mariluz Guilarte, y la posterior expulsión de Ciutadans de Paco Sierra. Sierra, Barea y Martín son los tres ediles que tiene el partido en Barcelona.
Ni Barea ni Martín han recibido en estas tres semanas ninguna comunicación del partido de que se las vaya a expulsar, o que se les haya abierto un expediente informativo que podría acabar en una expulsión, ha explicado Barea. Fuentes del servicio de prensa del partido aseguran que todo sigue igual que el 6 de marzo.
"Calmar las aguas"
Desde el partido en Cataluña son partidarios de "calmar las aguas" ahora que han visto "muestras de buena voluntad" en el grupo municipal, afirma un alto cargo de la formación, si bien reconoce que la última palabra la tendrá Madrid. Algunos de los cargos de Ciutadans en el Ayuntamiento parece que han enterrado las hachas de guerra y están colaborando en la candidatura de la alcaldable Anna Grau.
Otras fuentes de Ciutadans consultadas no están de acuerdo con que se hayan calmado las aguas y afirman que la situación sigue tensa en la formación porque los pesos pesados del grupo municipal no contribuyen en la campaña electoral.
Anna Grau con Nico Ortiz, a la izquierda / Foto: Ciutadans |
La crisis de Ciutadans se inició con el arranque del mandato, en la misma investidura de Ada Colau. La coalición Barcelona pel Canvi-Ciutadans, liderada por Manuel Valls, se partió en junio de 2019 cuando el propio Valls, Eva Parera y Celestino Corbacho votaron a favor de Colau como alcaldesa para evitar que Barcelona tuviera un alcalde independentista.
Marcha de Marilén Barceló
En la primavera de 2021, la regidora Marilén Barceló dejó el grupo de Ciutadans, tras un enfrentamiento crónico con Guilarte, y se fue con Parera a Valents, aunque oficialmente es regidora no adscrita.
El pasado octubre, Sierra le quitó la presidencia del grupo municipal a Guilarte después de que ésta se negara a cesar al coordinador municipal Josep Maria Gonzàlez. Según Sierra, Gonzàlez actuaba de forma autoritaria y saltándose a los concejales.
La negativa de Guilarte acabó con un motín de los otros dos concejales, Sierra y Martín, que le quitaron la presidencia del grupo municipal. Guilarte renunció a su acta de regidora y se fue a casa.
De espaldas al partido
Esta operación se hizo a espaldas de la dirección de Ciutadans en Cataluña, que decidió expulsar a Sierra, aunque el concejal sigue como presidente del grupo municipal porque éste tiene autonomía de funcionamiento.
Paco Sierra, concejal de Ciutadans / Foto: Ciutdans |
Con el nombramiento de Grau como alcaldable, la crisis vivió un nuevo coletazo cuando la candidata acusó a Sierra de no estar al día de las asignaciones económicas con el partido (también la institucional, que el grupo municipal debe hacer llegar a la formación). Ciutadans pidió a Barea y Martín que echaran a Sierra del grupo municipal, pero éstas se negaron.
El traspaso de la citada asignación económica sigue sin haberse producido, afirman fuentes del partido.
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